miércoles, 9 de marzo de 2011

Conflicto arabe- israeli.

El conflicto árabe-israelí es aquel entre el Estado de Israel y sus vecinos árabes, en particular los palestinos. Su definición, historia y posibles soluciones son materia de permanente debate, y los problemas que incluye varían con el tiempo. Al día de hoy, las principales cuestiones son la soberanía de la Franja de Gaza y Cisjordania, la eventual formación de un Estado palestino en dichas áreas, el estatus de la parte oriental de Jerusalén, de los Altos del Golán y de las Granjas de Shebaa, el destino de los asentamientos israelíes y de los refugiados palestinos, el reconocimiento de Israel y Palestina y de su derecho a existir y vivir en paz al abrigo de amenazas y actos de fuerza, así como la relación de Israel con Siria y el Líbano. Actualmente Israel tiene tratados de paz vigentes con Egipto y Jordania que garantizan su convivencia pacífica.


En brelacion a esto la ONU esta actuando:
En 1947 la ONU aprobó el Plan de Partición de Palestina, que proponía su división en dos Estados, uno árabe y otro judío, otorgando aproximadamente la mitad de la tierra a cada uno. A la comunidad judía, con alrededor de un 30% de la población, le adjudicaba el 55% del territorio (si bien el 45% correspondía al desierto del Néguev), y a la árabe, con el 67% de la población, el 45% restante. La división establecía dos Estados troceados en porciones apenas unidas: sin homogeneidad territorial y en el caso judío con el 50% de población árabe, dejó disconformes a ambas partes. Sin embargo, en opinión de Fraser (2004) «la opinión del sionismo desde 1937 acerca de la partición no había sido consistente, algunos viendo la partición como la única forma de conseguir la construcción de su Estado, otros considerándola una traición al sueño sionista». En cualquier caso, los judíos aceptaron el Plan y los árabes lo rechazaron de plano.

en Palestina es un fenómeno creciente en el ámbito académico, tanto dentro como fuera de Israel. Sin embargo, no es tan habitual encontrar textos que propongan, como hace el presente volumen, un análisis del sionismo a la luz de uno de sus principales componentes ideológicos: la estatolatría, entendida como culto al Estado-nación moderno, una forma de religiosidad contemporánea que une a tirios y troyanos y que, para el autor, no es sino el medio de la clase dirigente para perpetuar el orden (o desorden) existente con sus privilegios asociados.

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